3.28.2006

JUGANDO A SER DIOS


¿“Jugando a ser Dios”?
Por:Zyanya
No creo pero…
Esta es una aseveración, más que una pregunta, que la he leído en algunos artículos relacionados con los avances en la ingeniería genética; por supuesto, artículos no escritos por científicos sino por personas que no están de acuerdo con el tema. Cuando leo esta oración, “jugando a ser Dios” siento una especie de malestar estomacal, algo que me hace mucho ruido dentro de mi cerebro y me hace pensar en que, han pasado tantos años desde que Louis Pasteur le dio la patada definitiva a la generación espontánea, en que por medio de experimentación dio a luz a una vacuna contra la rabia aunque el pobre murió sin haber visto el virus, en que Einstein desarrolló la fórmula E = mc2 derivándose de ésta la bomba atómica, en que, en las supuestas posesiones diabólicas de algunas personas, los exorcismos no funcionaban y entonces la ciencia las estudió y catalogó como enfermedades mentales para desgracia y desilusión de los religiosos pues se perdieron muchos adeptos a raíz de este suceso, y todavía mi querido lector, todavía estamos revolviendo la ciencia con la fe. No sabemos distinguir lo científico de lo no científico como lo es la fe, la cual no cuestiona sino que acepta las cosas tal y como son sin someterlas al método científico en el cual se trabaja por ensayo y error. Situación muy cómoda la de la fe por supuesto, porque está más fácil no pensar, no cuestionar, no reflexionar, no experimentar, no comprobar. -¡Ay no mijita que flojera diría mi tía Carmela! ¡Con todo el quehacer que tengo y tú quieres que me ponga a pensar, además ya va a empezar Big Brother mi amor!-. Entonces lo más fácil es aceptar las cosas así como están, por medio de la fe. La fe y la ciencia no son hermanas, ni siquiera primas, ojalá que pudieran ser amigas eso sería formidable, pero no, falta mucho para que esto suceda. Sin embargo existen científicos religiosos, otros espirituales (lo religioso es muy diferente a lo espiritual) que logran hacer una división en su cabeza y en su corazón de la fe y la ciencia. Como dijo Nietzsche: "Fe significa no querer saber la verdad”. Juzgue por usted mismo mi querido lector.
La ingeniería genética, sin duda ha tenido un impacto insospechado en los últimos tiempos en los que se han logrado grandes avances descifrando el código genético y se está buscando una nueva biotecnología para poder exterminar, por decirlo así, muchas enfermedades genéticas; esto es excelente sin duda alguna, imagínese usted, que le dijeran que sus hijos podrán estar exentos del gene de la diabetes, o que la fibrosis quística jamás se presentará porque ya se puede quitar este gene y reemplazarse por uno sano, o que el VIH ya no podrá invadir a las células T4 porque la biotecnología logró cambiar la secuencia de los aminoácidos en las proteínas de la membrana celular de estas células y el VIH ya no las reconoce; sin duda es algo fabuloso. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? Se ha puesto usted mi querido lector, a pensar, ¿qué hay detrás de toda ésta tecnología y sobre todo, qué es lo que la bioética opina?
Vamos a hacer un análisis de la situación: mire usted, se estima que al año 100 millones de animales son usados en experimentos; imagínese ¡100 millones de animales reportados! porque por supuesto la cifra ha de ser mayor; animales que tienen que ser “eutanizados” para evitar que sigan sufriendo. Muchos de estos millones son utilizados para la industria cosmética, para que usted se pueda lavar su cabello con un champú que se supone que a usted querido lector ya no le hará daño pues para esto ya murieron cientos de animales en cada prueba. Se ha cuestionado usted, ¿cuántos embriones van a ser necesarios para las pruebas de manipulación genética? (algunos artículos hablan de que esto ya se está llevando a cabo). La biotecnología está manipulando plantas y animales genéticamente desde hace muchos años, y estas pruebas para humanos, primeramente las lleva a cabo en animales pero después tendrá que probarlas por supuesto que en seres humanos, si es que la biotecnología en estos casos se quiere perfeccionar, que es lo más seguro. ¿Cuántos seres humanos morirán en cada intento de los científicos? ¿Cuántos nacerán con deformidades? ¿Cuántos nacerán aparentemente sanos pero al correr del tiempo desarrollarán alguna enfermedad genética producto de la manipulación? ¿Quién o quiénes se ocuparán de los seres humanos que nazcan con deformidades o enfermos? ¿Se aplicará la eutanasia a estos seres cuando se sepa que el producto no es el esperado? ¿Se aplicará aún, en países en los cuales no es legal, o bien se van a cambiar las leyes para estos casos? ¿Cuántos años vivirá una persona manipulada genéticamente? ¿Qué pasará con nuestro ecosistema?
Yo no dudo de las buenas intenciones de nuestros científicos pero, recuerde el dicho que no sé quién dijo: “De bien intencionados está lleno el infierno”. ¿Qué va a pasar con aquellos científicos faltos de ética que dispongan de esta biotecnología para manipular el código genético y lograr por ejemplo: razas puras, enfermedades sofisticadas que ataquen únicamente el gene necesario para provocarlas, superhombres necesarios para resistir en la guerra, alteraciones en la naturaleza para beneficio o maleficio de algunos cuantos? o bien, suponiendo que podemos escoger el sexo (que ya se puede), el color del pelo, la piel, los ojos del nuestro bebé; y resulta que la gran mayoría los pide de determinado color, por ejemplo, azules o verdes, piel blanca, imagínese usted la discriminación (que ya estamos medio acostumbrados a ella) que se va a suscitar si esto se da. Bueno, eso sí, si la clonación se legaliza, -por favor déme dos clonos de Brad Pitt para llevar (ojalá se pudiera) diría mi tía Carmela.
Continuando con el tema, tal vez viviríamos la ciencia ficción que nos cuenta Aldoux Huxley en su libro titulado: “Mundo Feliz” en el cual describe una serie de “personas” programadas y diseñadas para diferentes puestos, comiendo lo mismo, viviendo una felicidad aparente; o bien tendríamos el resultado de un “Anime japonés” el cual relata que los seres humanos han llegado a la inmortalidad, pues al morir, su cerebro y su médula pueden ser transplantados a otro cuerpo y así seguir viviendo por la eternidad.
Hay muchas cuestiones que se pueden analizar, pero por falta de espacio no puedo escribirlas todas, sin duda llegaríamos a un caos peor que el presente y tardaría la humanidad muchos años en habituarse a él. Y luego vendrían otros por supuesto.
En mi forma de pensar, no creo que los científicos bioéticos, quieran o estén “jugando a ser Dios”, cuando lo que quieren es el aliviar el dolor y erradicar las enfermedades, si Dios hubiera querido que no pensáramos o razonáramos, nos hubiera fabricado con un “chip” como los de las computadoras y no nos hubiera dado la inteligencia ni mucho menos el “libre albedrío”, pero sí me pongo a pensar en los resultados del “ensayo y error” del método científico y las consecuencias de todo el proceso de manipulación genética en todas sus dimensiones. Si existiera la forma de evitar el experimentar con animales y seres humanos y lograr el mismo resultado, sería maravilloso, pero ¿hasta qué punto es bioético llegar? o ¿hasta dónde se piensa llegar?
Mientras son peras o son manzanas, creo que lo mejor es prepararnos para poder desarrollar un pensamiento crítico analítico y racional para saber distinguir entre lo ético y lo destructivo para la humanidad. Y ahorrar, ahorrar mucho dinero para poderme comprar un clono de Brad Pitt porque lo más seguro es que las primeras piezas tengan altos precios en el mercado y tal vez cuando la clonación sea el pan de cada día yo ya no esté en este planeta a excepción de que ya podamos aplicar el “Anime japonés’ y obtenga mi inmortalidad.
Hasta la próxima!!!
©Zyanya